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7 dic 2012

Tartiflette On My Way


Estas últimas semanas hemos estado alejadas del blog y han sido días de estrés y prisas, cada una con lo suyo, exámenes, el trabajo, viajes, ha pasado de todo, pero por fin, aquí estamos de nuevo. Nos alegra mucho ver que visitáis el blog y que os gusta, han llegado los primeros comentarios y nos hace ilusión que nos lean desde sitios tan lejanos.




Esta semana ya se ha notado un frío tremendo, prueba de ello es que estoy resfriada y con una tos terrible. Para combatir estas temperaturas y reconfortar el cuerpo, viene de perlas el plato que os presento hoy que, aunque parezca extraño, no es un plato tradicional con siglos a sus espaldas. Parece ser, que la tartiflette fue creada por los años ochenta del siglo pasado, por el sindicato interprofesional del queso reblochón, como una medida de promoción y marketing para aumentar las ventas de este queso de penetrante olor.


Pues bien, no os voy a hablar ni de su historia, ni del queso, esa información se encuentra fácilmente por internet. Os voy a contar, porqué es a mi manera. Para empezar está el tema del queso, que aquí es difícil de encontrar y no es que sea de los económicos, así que he utilizado un queso de cabra semicurado, ya que me encantan y además siempre suelo tener en casa, pero el manchego también le iría estupendamente.

Tampoco he añadido vino blanco, que lo suele llevar la receta habitual, pero si he añadido pollo, para hacer que sea un plato único, muy completo. Sin más rollos, paso a dar la receta, que no quiero que se os quiten las ganas de hacerla incluso antes de leerla.


Ingredientes:


  • 800 a 1000 gr de patatas
  • 1 cebolla grande o 2 medianas
  • 200 gr de bacon ahumado en tiras (o lardones)
  • 400 gr de pechuga de pollo
  • 350 ml de nata líquida
  • 1 cuña de queso manchego o de cabra semicurado
  • 25 gr de mantequilla
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta negra
  • Polvos sazonadores de mostaza y ajo (**Opcional, se puede sustituir pos una cucharadita de mostaza de Dijon y ajo en polvo).



Elaboración:

Lo primero será lavar las patatas, porque las vamos a cocer enteras con su piel.
Han de tener más o menos el mismo tamaño para que cuezan uniformemente, y estará de 20 a 40 minutos dependiendo de su tamaño, para comprobar que están listas, pincharlas con una brocheta o cuchillo afilado que ha de salir con facilidad.

Mientras se hacen las patatas, cortar la cebolla en tiras finas (o juliana) y pocharla con los 25 gr de mantequilla y un pequeño chorrito de aceite de oliva, a fuego bajo y tapadas, hasta que estén transparentes.

Cortar el bacon en tiras, si no lo está ya, y dorarlo en la sartén. Retirar a un plato y reservar.
Cortar el pollo en pequeños cubitos y dorarlos en la sartén con aceite de oliva, sal y pimienta negra. Cuando casi esté, añadiremos los polvitos de mostaza y ajo (o la mostaza de Dijon y el ajo en polvo).Cuando tome un poco de color lo reservamos con el bacon.
Precalentar el horno a 180ºC.

Una vez cocidas las patatas, esperamos un poquito para poder pelarlas sin quemarnos. Ya peladas, las cortamos en lonchas como de medio centímetro, las salamos y cubrimos la base de una fuente de pirex, o apta para el horno, que habremos untado de aceite de oliva o mantequilla.

Hay que colocar una capa de patata, luego cebolla, el bacon y el pollo, y luego repetir las capas hasta acabar con bacon y pollo arriba. Calentamos la nata a fuego bajo, aquí se puede añadir también sal y pimienta y los polvitos sazonadores.
Verter la nata sobre la fuente, repartiéndola y colocar el queso en la superficie (rallado o cortado en lascas).

Hornear hasta que se gratine, unos 20 minutos.


Espero que os haya gustado, a mí me encantó el resultado y con estas cantidades comen cuatro personas muy agusto. Prometo que no os defraudará si lo hacéis y admite un montón de variantes, así que atreveos a hacerla y nos contais.
Un beso y hasta pronto! 

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